Usamos cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. Usted puede aceptar o declinar el almacenamiento de datos.
Al observar el comportamiento humano, he aprendido que la pregunta «¿Esto terminará o no?» tampoco tiene respuesta. Una relación amorosa, de amistad, o incluso profesional, es impredecible. Somos seres caóticos. Compartí esa reflexión con Estela, vinculándola con el tren que no podía detenerse. Ella me comentó que existe un problema en computación llamado HALTING PROBLEM, o el Problema de la detención. Turing demostró que no puede existir un programa que prediga si cualquier otro programa se va a detener algún día. Lo entretenido (y esto no lo puedo describir del todo) es que, según Estela, si se pudiese predecir la detención, entonces un programa que debería detenerse no se detendrá nunca. Es una paradoja. ¿Qué forma tiene un programa así? Yo lo veo como otra manera de recursividad, porque la base del argumento es que el programa «evaluador» se detiene si el programa que recibe no se va a detener, y la manera de llegar a la paradoja es que el «evaluador» se evalúe a sí mismo.
Al observar el comportamiento humano, he aprendido que la pregunta «¿Esto terminará o no?» tampoco tiene respuesta. Una relación amorosa, de amistad, o incluso profesional, es impredecible. Somos seres caóticos. Compartí esa reflexión con Estela, vinculándola con el tren que no podía detenerse. Ella me comentó que existe un problema en computación llamado HALTING PROBLEM, o el Problema de la detención. Turing demostró que no puede existir un programa que prediga si cualquier otro programa se va a detener algún día. Lo entretenido (y esto no lo puedo describir del todo) es que, según Estela, si se pudiese predecir la detención, entonces un programa que debería detenerse no se detendrá nunca. Es una paradoja. ¿Qué forma tiene un programa así? Yo lo veo como otra manera de recursividad, porque la base del argumento es que el programa «evaluador» se detiene si el programa que recibe no se va a detener, y la manera de llegar a la paradoja es que el «evaluador» se evalúe a sí mismo.